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El presidente de EEUU, Barack Obama, lanzó ayer un llamamiento a la unidad mundial y propuso una «nueva era de cooperación» para luchar contra los desafíos comunes tras advertir que Estados Unidos no puede solucionar solo los problemas globales. En el esperado primer discurso de su mandato ante la Asamblea General, Obama sostuvo que «ha llegado el momento de adoptar una nueva era de acercamiento basado en los intereses mutuos y el respeto mutuo, y esta tarea debe comenzar ya».

El llamamiento al multilateralismo representa una ruptura con respecto al mandato del presidente George W. Bush, cuya decisión de ir a la guerra contra Irak motivó años de alejamiento en las relaciones entre EEUU y la ONU. Ahora, destacó Obama, EEUU busca «una nueva era de cooperación con el mundo», que reconozca «los derechos y responsabilidades de todos» y que se basaría en cuatro pilares: la no proliferación, la búsqueda de la paz, la lucha contra el cambio climático y una economía mundial que dé oportunidades a todos.

Estados Unidos, sostuvo, no puede «resolver por sí solo los problemas de todo el mundo». En un discurso que se prolongó durante cuarenta minutos, Obama combinó tanto optimistas palabras de unidad como duras advertencias contra los países díscolos, sin ahorrar una crítica tajante al estado actual de una ONU que «a menudo ha sido un foro para dividir en lugar de buscar puntos de acuerdo».

«Debemos admitir que no estamos asumiendo esta responsabilidad» de colaborar contra las plagas de la humanidad, dijo Obama, al enumerar problemas como el terrorismo, los conflictos de larga duración, el genocidio o la proliferación nuclear. Al centrarse en cómo poner en marcha los cuatro pilares de su propuesta de colaboración, Obama se refirió a la lucha contra la proliferación para lanzar una dura advertencia contra Irán y Corea del Norte, cuyos programas atómicos amenazan con arrastrar al mundo «por una peligrosa pendiente».

El presidente dedicó una amplia sección de su discurso al conflicto israelo-palestino, después de que el martes celebrara una reunión trilateral con ambos líderes, Benjamín Netanyahu y Mahmud Abás, sin lograr avances palpables. Obama, que en la trilateral había cambiado su llamamiento a «congelar» los asentamientos israelíes por una apelación a «refrenar las actividades», dejó claro ayer que EEUU «no acepta la legitimidad» de esos emplazamientos.