Obama se enfrenta prácticamente solo a su mayor reto, la reforma sanitaria. Foto: MARK WILSON / EFE

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EP -NUEVA YORK

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, defendió de nuevo su ambicioso plan de reforma sanitaria, ya que considera «crucial» realizar cambios en el sistema para apuntalar la recuperación de la economía norteamericana, dañada por la crisis.

«Aunque hayamos rescatado la economía de una verdadera crisis, debemos reconstruirla más fuerte que antes, y la reforma de la asistencia sanitaria es crucial en este esfuerzo», afirmó.

El inquilino de la Casa Blanca incidió en que el incremento de los costes sanitarios que llevan a 14.000 personas cada día a perder la cobertura de salud representa un problema de primer orden. «Si no controlamos estos costes, no seremos capaces de controlar nuestro déficit», advirtió.

Consciente de las divisiones levantadas incluso entre los demócratas por la reforma sanitaria, Obama reconoció que quedan flecos por cerrar para lograr un consenso. Aun así, apuntó que existe un «amplio acuerdo» para lograr un avance, para el que de momento no existe calendario marcado. En este sentido, se dirigió a los legisladores para que aprovechen que «los planetas están alineados» y apuesten por promover cuanto antes las reformas.

Obama explicó que su plan ofrecerá «seguridad» y «estabilidad» a los estadounidenses enfermos. «La reforma gira en torno a cada estadounidense que alguna vez ha temido perder su cobertura si contraen una enfermedad grave, o si pierden o cambian de empleo».

El presidente aclaró también que, frente a quienes critican los costes de la iniciativa, ésta no generará un déficit que arrastrará a la economía nacional durante la próxima década, tal y como sostienen los republicanos. Y es que uno de los principales argumentos empleados contra la medida es el coste, que algunos analistas han valorado en cerca de un billón de dólares y que los críticos de la reforma creen que puede repercutir muy negativamente en un déficit presupuestario que este mes ya ha superado a su vez el billón de dólares. Obama matizó que dos tercios del coste total será sufragado por la desviación de dinero destinado hasta ahora a programas sanitarios federales.