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EFE-JERUSALÉN El enviado de EEUU para Oriente Medio, George Mitchell, subrayó ayer ante el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Avigdor Lieberman, que su país aboga por una solución de dos estados al conflicto palestino-israelí.

«La política de EEUU favorece una solución de dos estados, un estado palestino viviendo en paz junto al Estado judío de Israel», manifestó Mitchell en una breve declaración ante los medios de comunicación al concluir una reunión con Lieberman en el Ministerio de Exteriores israelí en Jerusalén.

Por su parte, Liberman calificó el encuentro de «importante» y «minucioso» y precisó que tuvo por objeto «coordinar posiciones entre EEEUU e Israel».
«Hablamos de mantener una verdadera y cercana cooperación y esperamos una próxima reunión para ahondar en un diálogo profundo», apostilló el jefe de la diplomacia israelí, quien estrechó la mano de su invitado.

Mitchell se entrevistó por la mañana con el presidente de Israel, Simón Peres, quien aclaró que su país no tiene planes de atacar Irán pese a la oposición frontal del Estado judío al programa nuclear que desarrolla Teherán. «Todo lo que se dice sobre un posible ataque a Irán son tonterías, la solución en Irán no es militar», dijo Peres.

Mitchell se entrevistó también en Tel Aviv con el titular de Defensa, Ehud Barak; la jefa de la oposición, Tzipi Livni, y el jefe de las Fuerzas Armadas, Gabi Ashkenazi, además de con el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.

El enviado especial de EEUU viajará a Egipto, donde mantendrá encuentros con las autoridades del país antes de partir hacia Arabia Saudí, donde pondrá fin a su gira por la región.

Por su parte, el ministro español de Exteriores, que se encuentra en la zona, no descartó tampoco la creación de un estado palestino. Según Moratinos, que se entrevistó también con las autoridades israelíes, el Ejecutivo está en estos momentos «revisando su posición antes de presentar una plataforma ante la comunidad internacional».

El nuevo liderazgo israelí tiene «una aproximación regional a los problemas de Oriente Medio» y está «condicionado por preocupaciones legítimas para proteger a la ciudadanía israelí», explicó el jefe de la diplomacia.