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REUTERS/EPR-BRUSELAS El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, se mostró ayer optimista al afirmar que ve cerca un punto de inflexión en la actual crisis económica, puesto que existen una serie de indicios que apuntan a una recuperación.

«Identificamos algunos elementos expansivos. Contamos con una serie de factores que sugieren que nos aproximamos al momento en el que se puede producir una recuperación», dijo el máximo responsable de política monetaria de la eurozona en una conferencia económica organizada por el Banco Internacional de Pagos (BIS).

No obstante, Trichet admitió que es imprescindible que se produzca una recuperación de la confianza para que la economía pueda recuperar el crecimiento, y señaló que actualmente la mayoría de los analistas pronostican una contracción del crecimiento este año en las economías avanzadas y un estancamiento en el conjunto de la economía, mientras que se prevé una recuperación en 2010.

«Consideramos que actualmente existe a nivel global, y particularmente en la esfera financiera, una infravaloración de los efectos expansivos del precio del petróleo y de las materias primas, así como del impacto de las medidas fiscales», dijo Trichet.

El presidente del BCE afirmó que los mercados están subestimando los efectos de las medidas de alivio de las políticas monetarias adoptadas por los responsables de los bancos centrales de todo el mundo.

Por otra parte, los ministros de Finanzas de la zona del euro (Eurogrupo) admitieron ayer que la crisis económica es más grave de lo calculado hasta ahora, pero descartaron adoptar nuevas medidas de impulso hasta ver el resultado de las que ya se han puesto en marcha.

«La recesión es profunda», señaló en rueda de prensa el presidente del Eurogrupo, el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, que lamentó que, por el momento, «no hay indicadores de que la situación se esté solucionando».

Desde la Comisión Europea, el titular de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, reconoció que su previsión de que la recuperación comenzaría en la segunda mitad de 2009 ha quedado desfasada y dijo que «desgraciadamente, todo indica que habrá que esperar al año que viene». En enero, Bruselas vaticinó una caída del PIB de la eurozona este año del 1'9 por ciento, pero esperaba recuperar el crecimiento (0'4 por ciento) ya en 2010.