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EUROPA PRESS-NUEVA YORK Las autoridades estadounidenses encargadas de examinar posibles casos de corrupción en el programa para la reconstrucción de Irak han ampliado sus investigaciones sobre dos altos cargos militares cuya función era la de supervisar el programa en 2004, según informa en su edición de ayer The New York Times citando fuentes oficiales.

De acuerdo con los documentos judiciales a los que habría tenido acceso el rotativo, las autoridades investigaron durante el mes pasado las cuentas del ahora retirado coronel Anthony B. Bell, encargado de realizar los contratos para la reconstrucción del país árabe entre 2003 y 2004, y del coronel de las fuerzas aéreas Ronald W. Hirtle, que también ocupaba un alto cargo en la misma oficina en 2004.

Aunque se desconoce si existen pruebas contra ambos, y los dos han declarado que no tienen nada que esconder a los investigadores, las autoridades han señalado al periódico americano que están revisando las pruebas entregadas por Dale C. Stoffel, un contrabandista de armas y contratista norteamericano que fue asesinado en 2004 en Irak.

Antes de ser asesinado en una carretera al norte de Bagdad, Stoffel informó de que decenas de miles de dólares ocultos en cajas de pizzas llegaban a las oficinas de los contratistas estadounidenses en la capital iraquí y que muchos pagos fueron realizados en sacos de papel que eran repartidos en torno a la Zona Verde, el centro neurálgico del Gobierno de los Estados Unidos en Irak, según indicaron dos altos funcionarios.

Inmunidad
Las acusaciones realizadas por Stoffel contra la oficina en la que trabajaban Bell y Hirtle fueron lo suficientemente creíbles como para que las autoridades norteamericanas le prometieran inmunidad a cambio.

La fiscalía estadounidense ha conseguido hasta el momento que se condene a 35 personas por casos de corrupción relacionados con la reconstrucción de Irak. La actual investigación apunta hacia altos funcionarios y trata de determinar si había relación entre los condenados y Bell y Hirtle, que, siendo militares, trabajaban en una oficina civil.

Las investigaciones están siendo realizadas por el inspector general para la Reconstrucción de Irak, el Departamento de Justicia y el Comando del Ejército para la Investigación Criminal, así como por otras agencias federales, y se centran en un periodo en el que supuestamente millones de dólares en efectivo se gastaron sin excesivo rigor en la vigilancia del sótano de uno de los palacios del ex dictador iraquí Sadam Hussein.

Antiguos funcionarios norteamericanos han comparado los «enormes» pagos en efectivo que se realizaban en el interior de sacos con la entrega de caramelos en Halloween.

En uno de los casos de corrupción de ese periodo, el general John L. Cockerham fue declarado culpable por aceptar sobornos por valor de cerca de diez millones de dólares.