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TERSA BOUZA-WASHINGTON Hillary Clinton prometió ayer que Estados Unidos inaugurará un nuevo curso en política exterior guiado por la diplomacia y el pragmatismo y en el que el país recurrirá a la fuerza sólo como «último recurso». «La política exterior debe basarse en la unión de los principios y el pragmatismo, no en una rígida ideología», dijo Clinton durante su audiencia de confirmación como próxima secretaria de Estado ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado.

Esos comentarios fueron interpretados como una crítica al gobierno de presidente saliente, George W. Bush, a quien tanto ella como Barack Obama, quien le sucederá en el cargo, han acusado de infravalorar la diplomacia internacional. Clinton adelantó que EEUU intentará una «nueva» estrategia en Irán que podría incluir la presencia diplomática en el país, al tiempo que instó a Teherán a poner fin a su programa de armas nucleares y su «patrocinio terrorista».

Además, hizo hincapié en la necesidad de construir un mundo con «más socios y menos adversarios» y expresó su interés en colaborar con Rusia y China y su intención de tender la mano a viejos aliados como Europa, India, Japón y Corea del Sur. Destacó que EEUU no puede resolver por sí solo los problemas más acuciantes del planeta, pero insistió en que «el resto del mundo tampoco puede solucionarlos sin los Estados Unidos». Con Obama en la Casa Blanca, EEUU pondrá en marcha lo que Clinton describió hoy como un «poder inteligente».

«Debemos de usar lo que se ha denominado como poder inteligente, la amplia gama de herramientas a nuestra disposición: diplomáticas, económicas, militares, políticas, legales y culturales», destacó. Añadió que ese poder inteligente permitirá que la diplomacia esté «a la cabeza» de la política exterior.