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OTR/PRESS-WASHINGTON El senador Barack Obama dio ayer un paso de gigante para hacerse con la nominación demócrata y convertirse en el candidato de su partido a las próximas elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre. Logró la victoria en el Estado de Oregon, lo que le permite obtener ya la mayoría absoluta de delegados electos en las urnas.

Sin embargo, su rival, Hillary Clinton, que ganó en Kentucky, no tira la toalla y agotará las convocatorias hasta el próximo 3 de junio, confiando en que los superdelegados entiendan que, como asegura, ella es «la mejor preparada».

El senador afroamericano ganó en Oregon por 16 puntos de diferencia, mientras que la ex primera dama se llevó el gato al agua en Kentucky por unos 30 puntos porcentuales de margen. Pese a esta aparente ventaja, lo cierto es que del enésimo 'supermartes' Obama sacó garantías matemáticas de, salvo hecatombe, hacerse con el apoyo del Partido Demócrata.

Y es que alcanzó la mayoría absoluta en delegados electos mediante caucus o primarias, hasta 1.956, según informaciones de The New York Times. No son los 2.025 que aseguran la nominación matemática, pero obligan a Clinton a depender únicamente de un masivo apoyo de superdelegados, del que por el momento carece.