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Los ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN se comprometieron ayer a mantener sus tropas en Kosovo, que tiene previsto declarar de forma inminente su independencia de Serbia, y lanzaron la advertencia de que responderán con contundencia a cualquier brote de violencia.

Los jefes de la diplomacia de los veintiséis socios de la Alianza han respondido así al desafío planteado por los dirigentes albanokosovares, que han anunciado reiteradamente que se separaran de Serbia, una vez que han fracasado los esfuerzos de la «troika» internacional que trató de impulsar un acuerdo entre las partes.

La secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, planteó a sus aliados la necesidad de que apoyen una transición «suave» en la provincia, que quedó bajo protección de Naciones Unidas y de la OTAN desde 1999, tras la expulsión del Ejército serbio, en virtud de la resolución 1244.

El secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop, resaltó el compromiso de la Alianza para que la conflictiva provincia de mayoría albanesa pueda llegar a ser un lugar en el que «albanokosovares y serbios sean capaces de vivir juntos, en paz y sin temor».

Con este fin, los ministros han aprobado mantener la misión militar y reforzar sus 16.000 efectivos en caso necesario, una decisión que ya consensuaron ayer de manera informal, y que implica además su convencimiento de que la resolución 1244 continúa siendo una base legal suficiente.

Al margen de la cuestión militar, que es la que compete a la OTAN como organismo, queda por resolver el grado de consenso en la respuesta política de sus países miembros, aunque alcanzar la unanimidad entre los socios de la Alianza preocupa menos que hacerlo entre los de la Unión Europea, muchos de los cuales coinciden en ambos foros.

Es el caso de España, cuyo ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, rehusó hoy aclarar si estaría entre los países dispuestos a reconocer la independencia de Kosovo.

Moratinos dijo que las premisas del Gobierno de Madrid son «esperar», «buscar la unidad de la Unión Europea» y «respetar la legalidad internacional».