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Dos personas resultaron heridas ayer por los disparos de los soldados contra varios miles de manifestantes en las nuevas protestas en Rangún, mientras el régimen militar birmano aumenta la represión y su férrea censura llega hasta internet.

Un testigo que escapó a los disparos escondiéndose bajo un coche relató a una radio birmana de la disidencia que los militares abrieron fuego contra los manifestantes en el barrio de Kyauktada, en el centro de Rangún, y explicó como las tropas les acorralaron y detuvieron a docenas de ellos, a los que se llevaron a golpes.

Unas horas antes, los cuerpos de seguridad habían dispersado otra manifestación en la zona de la pagoda de Sule yel Hotel Traders que había convocado la Liga Nacional para la Democracia (LND), el único partido político del país que resiste la presión del régimen.

Desde el comienzo de las protestas pacíficas lideradas por los monjes budistas hace once días, al menos 15 personas han muerto, dos de ellas extranjeras, y cerca de un centenar resultaron heridas por los disparos de las fuerzas de seguridad.

La Junta Militar de Birmania (Myanmar) ha transformado un colegio de las afueras de Rangún en un centro de detención para los más de mil arrestados, entre ellos 800 monjes budistas, en las manifestaciones pacíficas de los últimos días.

Rangún amaneció ayer con la seguridad reforzada en puntos estratégicos de la ciudad y con al menos cinco monasterios cercados para impedir que los monjes budistas salieran y volviesen a encabezar las manifestaciones.