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EFE-ISLAMABAD El presidente de Pakistán, el general Pervez Musharraf, descartó ayer un acuerdo con los radicales atrincherados desde hace cinco días en la Mezquita Roja de Islamabad, a los que exigió que se rindan o se preparen para morir.

«La panda de fanáticos que se esconden en la ratonera de la Lal Masjid (Mezquita Roja) debe rendirse o serán todos eliminados», dijo Musharraf durante una visita a la región del Baluchistán para inspeccionar las tareas de asistencia a los damnificados por las recientes inundaciones.

En declaraciones a la prensa recogidas por medios locales, el presidente paquistaní descartó cualquier compromiso con «criminales prófugos que están intentando lograr un acuerdo cuando ya es demasiado tarde». Según dijo Musharraf, los atrincherados en el templo deben «rendirse incondicionalmente o enfrentarse a la muerte, pues no les queda una tercera opción».

Los radicales que resisten en la mezquita están capitaneados por el clérigo Abdul Rasheed Ghazi, quien ayer afirmó que tienen municiones y alimento para resistir durante semanas. Ghazi, que durante estos días de crisis se ha comunicado diariamente por teléfono con los canales paquistaníes de televisión, se jactó de haber recibido una llamada telefónica de un desconocido para anunciarle que había atentado contra Musharraf, aunque éste había sobrevivido.

Se refería al disparo de varios proyectiles contra el avión del presidente paquistaní cuando despegaba ayer, viernes, de la base militar de Rawalpindi para volar al Baluchistán. Las autoridades investigan la posible conexión entre el ataque que sufrió el viernes el presidente del pís y el asedio al templo.

El nuevo ultimátum lanzado ayer por Musharraf a los radicales de la Mezquita Roja parece indicar que está próximo el asalto al templo, cercado por varios cordones de fuerzas policiales y militare, apoyadas por blindados y armamento pesado.

También el primer ministro paquistaní, Shaukat Aziz, en una rueda de prensa en Islamabad, capital del país, descartó ayer continuar con las negociaciones con Ghazi tras afirmar que su terquedad ha impedido una solución amistosa que el Gobierno intentó para evitar que esta crisis se cobre víctimas inocentes.

En el interior del recinto de la mezquita, resisten cientos de mujeres y niños estudiantes de sus madrasas (escuelas coránicas) que, según el Gobierno, son rehenes de un grupo de 50 a 80 radicales armados.

La Mezquita Roja es una emblemática institución pública costeada por el Estado a la que muchas familias de zonas tribales mandan a estudiar a sus hijos y familiares.

Ayer la policía paquistaní detuvo a un centenar de estudiantes en la madrasa tras un duro asalto que terminó sin que se hayan ofrecido datos sobre el posible número de víctimas.