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EFE-WASHINGTON
El candidato de la Casa Blanca para coordinar la política de la guerra en Irak y Afganistán, teniente general Douglas Lute, declaró ayer que se «debería considerar» una retirada de las tropas de Irak para presionar al Gobierno iraquí para que se implique más.

El teniente general Lute compareció ante el Comité de las Fuerzas Armadas del Senado en una sesión en la que los demócratas expresaron sus dudas sobre la necesidad del puesto para un futuro nada alentador. Para su confirmación, también declararán otras personalidades, y aún se desconoce cuándo votará el comité sobre la designación del nuevo alto cargo.

En sus respuestas al comité senatorial, Lute dijo que la retirada de los soldados estadounidenses de Irak podría servir para presionar al gobierno de Bagdad a que cumpla los objetivos que se le han marcado. Sin embargo, se mostró escéptico acerca de hasta qué punto esa presión podría funcionar sobre el Ejecutivo del primer ministro iraquí, Nuri Al Maliki.

«Tengo mis reservas sobre cuánto podemos presionar más sobre un sistema que no tiene mucha capacidad ahora mismo», dijo Lute, preguntado por el presidente del comité de las Fuerzas Armadas del Senado, Carl Levin, si se debería hacer más para presionar a Irak.

También explicó, en este sentido, que Bagdad sabe que el tiempo se agota, aunque reconoció que con un Gobierno que sólo lleva un año hay límites.

Lute, de 54 años, admitió que él mismo hizo varias críticas al plan aprobado por el presidente estadounidense, George W. Bush, a comienzos de año, para reforzar las tropas estadounidenses en Irak con 21.000 soldados adicionales.

«Yo expresé mis inquietudes acerca de que un incremento militar probablemente tendría efectos temporales y muy localizados, salvo que estuviera acompañado por un aumento equivalente por parte del Ejecutivo iraquí y otros departamentos no militares del gobierno estadounidense», agregó.

Antes de que Bush diera esa orden, el militar se opuso al aumento del número de tropas.