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EFE-PARÍS
Nicolas Sarkozy y Ségolène Royal, favoritos en los sondeos para la primera vuelta de las Presidenciales francesas de mañana, han presupuestado el máximo que les permite la ley para tratar de llegar al Elíseo, en contraste con los gastos de los pequeños candidatos.

Cada uno de ellos estableció previsiones de presupuesto de 16 millones de euros en la primera vuelta, frente a los 800.000 euros del ultraizquierdista Olivier Besancenot, que las encuestas sitúan como el quinto candidato con más intenciones de voto.

El postulante de la conservadora y gobernante Unión por un Movimiento Popular (UMP) y la candidata del Partido Socialista (PS) podrían gastar hasta 20 millones de euros si, como apuntan los pronósticos, pasan a la segunda vuelta. En una campaña electoral en la que todo está regulado, desde el tiempo en las televisiones públicas hasta los plazos de publicación de los sondeos, el gasto de los candidatos no escapa a un estricto control, cuyo cumplimiento condiciona las subvenciones del Estado.

Para evitar que, como sucede en ciertos países, se disparen los presupuestos, Francia se dotó en 1962 de una ley que limita el gasto máximo: para esta ocasión, el techo se ha fijado en 16,16 millones de euros en la primera vuelta y en 21,59 millones en la segunda.

El Estado reembolsa parte del gasto de cada candidato en función del resultado obtenido en las urnas.