Pleno impacto de un misil israelí sobre un puente, al sur del Líbano.

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EFE-BEIRUT/JERUSALÉN
El Gobierno de Israel decidió ayer seguir adelante con los ataques contra el Líbano, mientras la guerrilla libanesa Hezbolá anunció una «guerra abierta» contra todos los objetivos israelíes a su alcance.

De hecho, la cadena de televisión Al Yazira dijo anoche que el Ejército hebreo estaba buscando a cuatro marinos de una fragata, que habrían desaparecido tras ser atacada la embarcación con la que atacaban el sur de Beirut por cohetes de los guerrilleros islamistas libaneses. Portavoces militares israelíes se limitaron a hablar de 'pequeños desperfectos' en la nave, pero eludieron confirmar o desmentir que hubiera muertos o desaparecidos.

El líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, cuya residencia en el sur del Líbano fue bombardeada ayer por Israel cuando el clérigo no estaba presente, reiteró, dirigiéndose al pueblo israelí, que los libaneses «no seremos los únicos que pagan el precio, vosotros también».

Mientras tanto, el Gobierno israelí anunció que continuará su 'plan establecido', después de haber analizado la evolución de la situación.

Israel bombardea desde el miércoles las infraestructuras libanesas -durante la jornad de ayer inutilizó definitivamente la autopiesta que une Damasco y Beirut-, y ha causado al menos 61 muertos en respuesta a la captura el miércoles de dos soldados israelíes por Hezbolá y la muerte de otros ocho militares en enfrentamientos en la frontera.

El primer ministro israelí, Ehud Olmert, prometió al secretario general de la ONU, Kofi Annan, la cooperación de Israel con la delegación que envíe para buscar un alto el fuego con el Líbano, si se trata en primer término la liberación de sus soldados y el desarme de Hezbolá.