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PEDRO ALONSO-LONDRES
El Reino Unido retirará el próximo mayo 800 soldados de Irak, alrededor del diez por ciento de las fuerzas que tiene destacadas en el país árabe, según anunció ante el Parlamento el ministro británico de Defensa, John Reid. Esa repliegue se debe al «progreso continuo y considerable de la cantidad, capacidad y moral de las fuerzas de seguridad iraquíes», que se cifran ya en 235.000 efectivos, explicó Reid.

Asimismo, Reid anunció que una comisión integrada por miembros del Gobierno iraquí, mandos militares y altos representantes de la coalición empezarán en las próximas semanas a evaluar si se dan las condiciones adecuadas en algunas zonas del país para que las fuerzas iraquíes se hagan cargo de la seguridad.

Además, señaló el ministro, unos 5.000 voluntarios se alistan cada mes en las fuerzas de Irak, cuyo Ejército ya cuenta con diez batallones activos que participan en operaciones contra la insurgencia.

Sin embargo, el ministro subrayó que la salida de las tropas británicas no implicará ceder a las fuerzas iraquíes la responsabilidad de salvaguardar la seguridad en el país, donde la situación es «difícil y delicada».

El titular de Defensa admitió que «en algunas áreas de Irak se ha producido un aumento de la violencia sectaria», si bien el riesgo de guerra civil «no es ni inminente ni inevitable».

En su opinión, los insurgentes buscan con sus atentados, «crueles y bárbaros», resquebrajar «la voluntad de las fuerzas de la coalición que apoyan a Irak» y socavar el esfuerzo del pueblo iraquí para crear un país estable y democrático que viva en paz.

Tras la intervención del ministro, el portavoz conservador de Defensa, Gerald Howarth, coincidió con él en que resultaría una «locura» la retirada completa de las tropas británicas antes de que los iraquíes dispongan de medios para garantizar la seguridad.