Seguidores y simpatizantes del ex presidente lloran su muerte en las calles de Belgrado.

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EFE-LA HAYA
Los resultados preliminares de la autopsia efectuada el domingo por médicos holandeses en presencia de forenses serbios indicaron que Milosevic, de 64 años, murió de un infarto de miocardio, pero no se conocerá el informe completo y los resultados de las pruebas toxicológicas hasta dentro de unos días.

Milosevic tenía un largo historial clínico de hipertensión arterial y de problemas cardíacos, que obligaron a suspender en una veintena de ocasiones el juicio que se le seguía desde febrero de 2002 en el TPIY por genocidio, crímenes de guerra y contra la humanidad en las guerras de Croacia, Bosnia y Kosovo, entre 1991 y 1999.

El hijo de Milosevic, Marko, tiene previsto hacerse cargo del cuerpo hoy y la familia espera que las autoridades levanten la orden de arresto que pesa sobre la viuda de Milosevic, Mirjana Markovic, para poder enterrarle en Belgrado.

Mientras, Moscú ha expresado sus dudas sobre la autopsia y ha decidido enviar expertos forenses a La Haya.

Un portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores holandés informó de que la embajada holandesa en Moscú había concedido un visado de tres días (a partir de ayer) a Marko Milosevic y de siete días a cuatro médicos rusos.

El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov, recordó que Milosevic había pedido ser trasladado a Moscú para someterse a tratamiento médico, pero el TPIY le denegó la petición por temor a que no regresara a La Haya, a pesar de las garantías ofrecidas por el Kremlin.

Según su abogado, Zdenko Tomanovic, un día antes de su muerte Milosevic había pedido la ayuda de Rusia en una carta en la que denunció que estaban intentando envenenarle y que se había detectado en su sangre sustancias usadas para curar la lepra y la tuberculosis que neutralizan la medicación contra la hipertensión que tomaba.

La polémica creció cuando un toxicólogo holandés dijo a la radio holandesa que había hallado rifampicina, un poderoso antibiótico, en la sangre de Milosevic durante un examen realizado hace dos semanas.

Según el toxicólogo, Milosevic pudo ingerir este medicamento voluntariamente para empeorar su estado y convencer al TPIY de la necesidad de ser trasladado a Rusia, donde reside su familia, para recibir tratamiento.

Esta hipótesis pondría en duda las normas de seguridad en el centro de detención de Scheveningen del TPIY, ya que plantearía interrogantes sobre cómo pudo obtener Milosevic esos medicamentos.

Un portavoz del TPIY, Christian Chartier, calificó de «completamente absurda» cualquier duda de este tipo. Los jueces del tribunal habían acusado en repetidas ocasiones a Milosevic de no tomar su medicación contra la hipertensión para retrasar el proceso.