El primer ministro israelí en funciones, Ehud Olmert, cree que una «autoridad terrorista» controla hoy Palestina.

TW
0

Israel ha decidido interrumpir los contactos políticos y las transferencias de fondos a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en respuesta a la negativa de Hamás a aceptar los acuerdos de paz firmados en Oslo.

«Tan pronto como el gobierno palestino de transición finalice sus funciones, Israel detendrá inmediatamente la transferencia de fondos a la ANP», dijo el primer ministro en funciones, Ehud Olmert, en la reunión semanal de su Consejo de Ministros.

Olmert resolvió que desde el momento en que se forme el gobierno palestino liderado por el movimiento islámico Hamás, Israel verá en la ANP una «entidad terrorista» y como tal no negociará con ella.

«Está claro que bajo la mayoría parlamentaria de Hamás y con las instrucciones para que forme gobierno, la ANP se convierte en la práctica en una organización terrorista», dice el comunicado del Gobierno israelí difundido después de la reunión, que añade que «en esas circunstancias, no hay ninguna posibilidad de llegar a un acuerdo».

Abás pidió el sábado a Hamás, en el discurso inaugural de la segunda legislatura del Parlamento, que reconozca los acuerdos de Oslo y a Israel, demandas que inmediatamente rechazó el movimiento islámico por ser contrarias al programa electoral con el que se erigió vencedor en los comicios.

A raíz de esa reacción, Israel suspenderá los contactos políticos con el gobierno palestino, según el comunicado oficial: «Israel no mantendrá contactos con una administración en la cual participa Hamás, ya sea de forma marginal o permanente».

La nota de prensa no ha especifica sin embargo si hará lo propio con la Presidencia de la ANP, dada la postura incondicional de Abás de que la única vía posible para resolver el conflicto palestino-israelí es mediante el diálogo.

En principio la decisión israelí se traducirá en el cierre de fronteras a obreros palestinos así como en la interrupción de transferencias a la ANP de los impuestos y tasas de aduanas que recoge para ella en virtud del Acuerdo de París de 1995 (protocolo económico y financiero del Acuerdo de Oslo). Se trata de unos 200 millones de shékels mensuales (unos 34 millones de euros) que el Gobierno palestino emplea en su totalidad para pagar sueldos de la administración.

La reacción islámica a las amenazas de Israel no se ha hecho esperar, y el líder del partido Ismail Haniye, hoy nominado de forma oficial para el cargo primer ministro, subrayó que «no nos asusta».

«La decisión israelí tiene el objetivo de doblegarnos y ya en el pasado hemos demostrado que podemos afrontar los retos necesarios, por lo que no hay razón para no seguir haciéndolo en el futuro», agregó.

Los últimos desarrollos políticos en Israel y la ANP coinciden con la muerte de cuatro palestinos en escaramuzas con el Ejército israelí. Dos de ellos, residentes del campo de refugiados de Balata, próximo a la ciudad cisjordana de Naplusa, murieron por disparos del Ejército israelí, y tras lanzar previamente piedras contra los soldados.

Horas antes, otros dos palestinos murieron en un ataque de la Fuerza Aérea israelí en la franja de Gaza cuando se disponían a colocar un artefacto explosivo en una zona próxima al cruce de Kisufim.