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PACO G. PAZ-NUEVA YORK
El último informe sobre corrupción en el programa Petróleo por Alimentos» recoge el nombre de 45 empresas españolas entre las cerca de 2.300 compañías que pagaron comisiones al régimen de Sadam Husein para vender sus productos en Irak. Entre ellas cita a la empresa Dominion Spain, especializada en equipamiento industrial, que obtuvo un contrato de 24 millones de dólares, lo que le obligó a desembolsar una comisión de cerca de medio millón de dólares.

Entre las empresas españolas citadas aparece, además de Dominion, que es la que obtuvo el mayor contrato, Cunado Internacional, dedicada también a conducciones, que obtuvo un contrato de 13 millones de dólares y pagó una comisión de 1,3 millones. Otra empresa que recibió un importante contrato, por importe de 10 millones de dólares, fue Ringo Válvulas, también dedicada a servicios para la industria petrolífera, y que pagó una comisión de casi un millón de dólares. Otras mencionadas son Industrias Lacteas Asturianas, que obtuvo un contrato de cuatro millones, así como Bombas Omega, Rayana Cape Vermey, Refratechnik Iberica, Robibine Iberica, Elemento de Distribución, y Automóviles Utilitarios (AUSA).

El informe explica cómo el régimen de Sadam Husein exigió comisiones y sobornos tanto a las empresas petrolíferas que quisieron comprar crudo iraquí, como a las compañías de bienes y servicios interesadas en vender productos de primera necesidad en el país. Todo ello bajo el programa humanitario de la ONU «Petróleo por Alimentos», que permitió a Irak sortear los efectos del duro embargo comercial impuesto tras la invasión de Kuwait.

En concreto, la ONU permitió a Irak durante siete años, de 1996 al 2003, vender petróleo a cambio de que con los ingresos comprase bienes de primera necesidad. En concreto, hubo varias empresas españolas que participaron en el programa en la compra de crudo, algunas grandes, como Repsol y Cepsa, y otras de menos tamaño, como Amposta SL, Expansión Exterior SA, Lubna Trading, Sirecox, y Vilma Oil Consulting. Pero el programa se convirtió en una fuente de ingresos extras para el entorno de Sadam Husein, del que se calcula que cobró 1.800 millones de dólares en sobornos y comisiones. Además, según el informe, el dictador obtuvo otros 11.000 millones adicionales con el contrabando de petróleo a países del entorno, fuera del control de la ONU.