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EFE-IRAK
Políticos y religiosos suníes amenazaron ayer con luchar hasta el final y hacer fracasar el borrador de la Constitución en el referéndum de octubre si no se enmienda para incluir sus reivindicaciones. Esta postura fue expresada por el Congreso Nacional Suní (CNS), una de las formaciones políticas suníes más influyentes de Irak, y la Asociación de Clérigos Musulmanes (ACM), que representa a esa comunidad minoritaria que gobernaba el país durante la dictadura de Sadam Husein.

«El texto constitucional, en su actual forma, es ilegal y no representa todas las tendencias del pueblo iraquí. Nuestra ambición es llegar a un acuerdo pacífico, pero si no es posible, haremos todo lo que esté en nuestra mano para que fracase en el referéndum», dijo el secretario general del CNS, Adnan Al-Duleimi.

Portavoces de las dos agrupaciones han acusado a los kurdos y a los chiíes, que controlan el Gobierno y el Parlamento, de intentar marginar a los suníes y de haber puesto dificultades ante su participación en la redacción del borrador de la Carta Magna.

Las reacciones a la crítica de la comunidad suní no se han hecho esperar. El mismo residente iraquí, Jalal Talabani, afirmó ayer que deben aceptarse las aspiraciones de la comunidad suní en torno a la Constitución, para que el texto represente a todas los iraquíes, y no sólo a una facción.

Tras reunirse con el presidente del Parlamento, Hajim al Hassani, Talabani, kurdo, afirmó que el país no podrá lograr la deseada estabilidad sin consenso entre suníes, chiíes y kurdos. «La Constitución será para servir a todo el mundo y no sólo a una comunidad de la sociedad iraquí», agregó el presidente.