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La joven menorquina Sílvia Mascaró presenció ayer por la mañana muy de cerca el horror de los atentados de Londres al estallar un artefacto en el metro en el que se dirigía al trabajo.

Sílvia Mascaró Martínez, de 28 años, es natural de Ferreries aunque ya hace cinco años que vive en Londres. Allí trabaja de secretaria en un colegio de la capital y cada día coge el metro para asistir al trabajo.

Sílvia viajaba en un vagón entre las estaciones de metro de King's Cross y Russell Square cuando hacia las nueve menos diez de la mañana se produjo la explosión y «todo quedó oscuro».

Nada más escuchar la explosión pensó que estaba muerta y entró en un estado de «shock». La joven asegura que en ese momento vio «personas muertas» delante de ella y «brazos y piernas sueltos» a su lado.

«El pánico lo invadió todo y la gente gritaba «¿dónde está mi pierna?», señaló la joven española, que relató que transcurrieron «unos siete minutos» hasta que fueron rescatados y pudieron salir del metro a través de la cabina del conductor.

La joven menorquina está convencida de que se salvó gracias al efecto amortiguador del asiento en el que iba sentada, ya que, según relató, la onda expansiva afectó principalmente a las personas que viajaban de pie.

«Fue horrible, había mucho caos y mucho miedo. En cuanto pude salir del metro llamé a mi familia. Toda la gente se ha portado muy bien, los servicios de ambulancias, los médicos y los psicólogos llegaron muy rápido», aseguró Sílvia.

Por su parte, Antoni Mascaró, padre de Sílvia, relató desde Menorca que su hija le había contado cómo una chica que estaba a su lado en el metro se había quedado sin cara por la explosión porque los cristales de la ventana la habían destrozado.