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C. GUERRERO-EVIAN
El endurecimiento del control de la inmigración ilegal centró la octava reunión del G-5 (Alemania, España, Francia, Italia y Reino Unido), que se clausuró ayer en Evian, con el acuerdo de organizar repatriaciones conjuntas.

De esta forma se reducen costes y se amplia un mecanismo que ya existe a nivel bilateral o incluso trilateral entre países de la zona Schengen y cuya entrada en vigor en los cinco es «cuestión de días» para el italiano Giuseppe Pisanu o «de unos tres meses» para Sarkozy, mientras que Alonso eludió marcar un calendario. En pos de la armonización de las políticas contra la inmigración ilegal -tema estrella de la reunión en la ciudad balneario de Evian, en los Alpes franceses, a la que asistió también el británico Charles Clarke, pero estuvo ausente el alemán Otto Schily-, el G-5 decidió intensificar los controles policiales de patrullas comunes.

A propuesta del ministro de Interior español, José Antonio Alonso, los Cinco decidieron llevar a cabo vuelos agrupados para repatriar a inmigrantes ilegales a sus países de origen, anunció el anfitrión, Nicolas Sarkozy, en una conferencia de prensa conjunta.

El G-5 aunará «esfuerzos financieros» para poner en marcha próximamente en breve esos «retornos conjuntos» indicó Sarkozy, anfitrión de la reunión, rodeada de fuertes medidas de seguridad. Se trata de «lanzar un mensaje muy claro» a los extranjeros que estén de forma ilegal en los países del G-5 y a sus Estados de origen «de que sólo entran los que tienen documentos» en regla, subrayó.

«En el interior del espacio Schengen y en el Reino Unido se circula libremente, pero eso no quiere decir que se acepte todo. Y, por eso, hemos decidido ser más severos en el plano ferroviario, marítimo y en la red vial. Habrá, por tanto, patrullas mixtas de los países representados aquí», afirmó Sarkozy. Alemania estuvo representada en la reunión por el director general de la Policía Federal Alemana, Gunter Kauser.