Los comerciantes de Edimburgo colocan paneles de madera en los escaparates ante el temor a disturbios.

TW
0

AGENCIAS-EDIMBURGO
Tras los graves disturbios del lunes, cientos de furgones policiales patrullaron ayer las calles de Edimburgo, y numerosas tiendas se protegieron con paneles de madera por temor a un nuevo brote de violencia de grupúsculos anarquistas. Miles de agentes, apoyados por dos helicópteros, vigilan la capital escocesa en víspera de la cumbre de los jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de los Ocho (G-8, siete países más industrializados y Rusia).

Los líderes del G-8 se reunirán desde hoy hasta el viernes en Gleneagles, un suntuoso hotel situado en plena campiña escocesa, a unos 70 kilómetros de Edimburgo. Entretanto, los jardines de Princes Street, la famosa arteria comercial del centro de la capital, recobraron ayer la normalidad después de convertirse el lunes en un campo de batalla en el que se enfrentaron cientos de manifestantes y la policía antidisturbios.

Los altercados, que acabaron con cien detenidos y una veintena de heridos leves, ocurrieron durante una de las manifestaciones convocadas para protestar contra los líderes del G-8 (Alemania, Francia, Reino Unido, Canadá, Italia, Japón, EEUU y Rusia). En la refriega, algunos manifestantes arrojaron trozos de pavimentos y bancos contra los agentes, en una serie de escaramuzas que aterrorizaron a algunos ciudadanos.

La cumbre del Grupo de los Ocho discutirá sobre temas como el cambio climático, el comercio global, la ayuda económica a Àfrica y el alivio de la deuda. El primer ministro británico, Tony Blair, ha asegurado que el cambio climático es la amenaza mas grave para el planeta y que cualquier solución debe pasar por el compromiso también de Estados Unidos. Pero su presidente, George W. Bush, indicó que no está dispuesto a firmar ningún protocolo parecido al de Kioto y que no cambiará su posición como muestra de agradecimiento a Blair por haber apoyado la guerra en Irak.