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FRANCE PRESS-BAGDAD
Un grupo de hombres armados asesinó ayer al gobernador de Bagdad, Alí al Haidari, según informaron fuentes policiales. El atentado causó también la muerte de seis de sus escoltas, según informaron fuentes de seguridad. La violencia en Irak se saldó ayer con una veintena de muertos, entre ellos cinco soldados estadounidenses.

El convoy en que viajaba Al Haidari, formado por seis vehículos, pasaba por el barrio bagdadí de Hurriya cuando varios hombres abrieron fuego contra sus ocupantes, según informó el jefe de este cuerpo, quien se identificó como mayor Mazen.

Alí al Haidari es el dirigente de mayor rango asesinado hasta la fecha, aparte del que fuera presidente del desaparecido Consejo de Gobierno, Abdel Zahraa Othman, alias 'Izzadin Saleem, asesinado el pasado mes de mayo.

Tras conocer el atentado, el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, expresó desde Phuket (Tailandia) su tristeza por la noticia. «Esto muestra una vez más que esos asesinos y terroristas, elementos del antiguo régimen de Irak, no quieren elecciones, no quieren que el pueblo de Irak elija nuevos líderes», declaró Powell.

Por otra parte, diez personas murieron y otras 60 resultaron heridas después de que un camión bomba explosionase cerca de las dependencias de la Guardia Nacional en el oeste de Bagdad, según informó el Ministerio del Interior, que añadió en un comunicado que los muertos son ocho guardias nacionales iraquíes y dos civiles.

Los atentados forman parte de la estrategia de la resistencia -que acusa a las autoridades civiles y a las fuerzas iraquíes de ser aliadas de las fuerzas de ocupación estadounidenses- de boicotear las elecciones del 30 de enero.

Tres soldados estadounidenses murieron en Bagdad a causa de un bomba trampa colocada en una carretera, mientras que otros dos fallecieron en sendos ataques registrados fuera de la capital.