El vicepresidente de EE UU, Dick Cheney, mostró su total apoyo al nuevo presidente de Afganistán.

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FRANCE PRESS-KABUL
Hamid Karzai prestó juramento ayer como presidente de la República Islámica de Afganistán, en un acto celebrado en Kabul que contó con la presencia de un centenar de 150 dignatarios internacionales, entre ellos el vicepresidente y el secretario de Defensa de Estados Unidos, Dick Cheney y Donald Rumsfeld, respectivamente.

«Juro en nombre de Dios Todopoderoso respetar y proteger la religión sagrada del Islam, respetar y supervisar la aplicación de la Constitución y de otras leyes, salvaguardar la independencia, la soberanía nacional y la integridad territorial de Afganistán», afirmó el presidente Karzai con una mano sobre el Corán.

Vestido con su tradicional caftán verde, Karzai y sus dos vicepresidentes, Ahmed Zia Masud y Mohamad Karim Jalili, prestaron juramento ante el presidente de la Corte Suprema afgana, Fazel Hadi Shinwari, en un gran salón de ceremonias en la entrada del palacio presidencial de Kabul.

Esta ceremonia se produce exactamente tres años después de la conquista de Kandahar, la gran ciudad del sur de Afganistán y feudo del régimen fundamentalista de los talibán, que fueron expulsados del poder por una coalición internacional dirigida por Estados Unidos.

Hamid Karzai, un dirigente pastún con un fuerte respaldo en la región sur de Afganistán, se convirtió en presidente interino en diciembre de 2001. En este tiempo, el mandatario ha sobrevivido a un intento de asesinato y a los conflictos constantes entre los distintos grupos étnicos del país. Afganistán se enfrenta todavía a fuertes problemas de integración entre regiones y grupos étnicos y al poder de los señores de la guerra, como Abdul Rashid Dostum, que controlan extensas zonas geográficas.