Bush aún confía en ser reelegido en una elecciones que se presentan igualadas.

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El candidato republicano a la Casa Blanca, George W. Bush, supera a su rival demócrata, John Kerry, por 249 votos en el Colegio Electoral frente a 211, según las últimas proyecciones de las cadenas de televisión y de los resultados.

En la última jornada de campaña, los candidatos recurrieron a la compañía de estrellas para atraer la atención de ese 5 por ciento de electores indecisos, según las encuestas, y que guardan la llave de la Casa Blanca.

De los principales estados claves, Florida se ha decidido por Bush, y Pensilvania por Kerry, por lo que la decisión final depende en buena parte del resultado de Ohio, donde el presidente mantiene una pequeña ventaja. En la recta final de la campaña, tanto Bush como Kerry mantuvieron un febril ritmo de viajes por algunos de los estados más reñidos de la contienda, aquellos que dan más emoción -y más dolores de cabeza- a ambas campañas.

A menos de 24 horas de los comicios generales en el país, la mayoría de las encuestas de opinión, da por ahora, una leve ventaja a Kerry en el Colegio Electoral, 220 contra 215. Durante el fin de semana, Bush aventajaba a Kerry, 222 contra 211.

Las encuestas más recientes confirmaban el empate técnico que los dos principales candidatos mantienen desde hace un mes.

Bush y Kerry aparecían empatados, cada uno con el 49 por ciento de la preferencia entre los votantes, según la última encuesta de Gallup. El sondeo de opinión, elaborado para la cadena de televisión CNN y el diario «USA Today», fue realizado entre el jueves y el domingo pasados e indica que los estados hasta ahora considerados indecisos, podrían volcarse por Kerry.

Los sondeos, y el volumen registrado hasta ahora en el voto por correo -superior ya a un 11 por ciento-, apuntan a una participación mayor que en otros comicios anteriores, donde ha rondado el 50 por ciento.

John Kerry, en Boston, y George W. Bush, en Washington, están decididos a celebrar «a lo grande» el triunfo que esperan obtener hoy, haciendo caso omiso de la posibilidad de que se registre un largo recuento que agüe y retrase la fiesta.