El jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, se reunió con el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, antes de intervenir en la Asamblea General.

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Rodríguez Zapatero intervino ante la 59 Asamblea General de Naciones Unidas, pero adelantó las líneas generales de su discurso previamente en conferencia de prensa y en la que propuso la creación de una Alianza de Civilizaciones. Las referencias a Irak comenzaron con su solidaridad con todos los que han perdido la vida en un conflicto ante el que, aseguró, que a la «abrumadora mayoría» de españoles no les convencieron las razones que esgrimían quienes promovieron la guerra y así se expresó en el Parlamento y en manifestaciones «a gritos, bien alto».

Todas esas experiencias, según el jefe del Ejecutivo español, han enseñado «que el mayor riesgo de una victoria de los terroristas se produce cuando, para luchar contra el terror, la democracia traiciona su propia esencia, los Estados limitan las libertades, cuestionan las garantías judiciales o realizan operaciones militares preventivas».

«Dijimos también que la guerra era mucho más fácil de ganar que la paz; la paz es la tarea, una tarea que exige más valentía, más determinación y más heroísmo que la guerra. Por eso -precisó- las tropas españolas regresaron de Irak». Ahora, señaló, lo que importa es contribuir a restablecer completamente la independencia y soberanía en ese país.

Zapatero subrayó que los españoles han aprendido durante treinta años a soportar y combatir el terrorismo y, por ello, comprendieron muy bien el dolor del pueblo estadounidense tras los atentados del 11-S, «conocen los secuestros, las bombas y los tiros en la nuca y saben el significado de la palabra compasión», agregó. En este contexto, también agradeció la solidaridad recibida por España tras los atentados de Madrid del pasado 11 de marzo.

Por ello, insistió en combatir el terrorismo exclusivamente desde la legalidad nacional e internacional y el respeto a los Derechos Humanos y a la ONU, y tras señalar que esa actuación se trata de una «convicción ética», destacó que el terrorismo no tiene justificación, pero se deben conocer sus raíces. Consideró que «la simiente del mal» puede arraigar cuando cae «en la tierra de la injusticia, de la pobreza, de la humillación, de la desesperación».

En consecuencia, señaló que la corrección de las grandes injusticias políticas y económicas, privaría a los terroristas de sustento popular y «cuanta más gente viva en condiciones dignas en el mundo, más seguros estaremos todos». El presidente del Gobierno reafirmó el compromiso de España con las operaciones de mantenimiento de la paz, y en el desarrollo de esa apuesta y «como representante de un país creado y enriquecido por culturas diversas» propuso una Alianza de Civilizaciones entre el mundo occidental y el mundo árabe y musulmán.

«Cayó un muro y debemos evitar ahora que el odio y la incomprensión levanten otro», añadió Zapatero, quien propuso al secretario general de la ONU, Kofi Annan, la posibilidad de constituir un Grupo de Alto Nivel para llevar a cabo esta iniciativa. Respecto a Oriente Medio, reiteró la defensa del papel del Cuarteto y de la Hoja de Ruta ante un conflicto en el que «el tiempo perdido se cuenta en vidas humanas».