El dolor y el llanto presidieron ayer los primeros entierros tras la masacre. FOTO: SERGEI CHIRIKOV / EPA

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FRANCE PRESS/EFE-MOSCÚ
«Según el testimonio de los rehenes, 32 bandidos participaron en la operación de secuestro de la escuela y ya hemos encontrado los cadáveres de 30», dijo ayer Sergei Fridinski, Fiscal General adjunto de Rusia para el Cáucaso Norte. Hasta ahora las autoridades rusas habían informado de 26 terroristas muertos, a los que se sumaron otros cuatro hallados ayer e identificados como miembros del comando por tres sospechosos detenidos por las fuerzas de seguridad.

Las autoridades rusas han vinculado desde el principio al comando terrorista con el wahabismo, corriente islámica radical con ramificaciones en todo el Cáucaso y con miembros en la red terrorista Al Qaeda. Los servicios de seguridad rusos sospechan que el comando terrorista está relacionado con el grupo de rebeldes que atacó la capital de Ingushetia el pasado 21 de junio, con un resultado de un centenar de muertos.

Aún no se ha podido determinar si esos tres detenidos participaron directamente en los hechos o actuaron como enlaces desde fuera del recinto escolar. Según la agencia Itar-Tass, uno de los detenidos es una mujer y otro es un terrorista buscado por la Justicia rusa por su participación este año en varios atentados con bomba en Osetia del Norte e Ingushetia.

Los sospechosos podrían ser las personas que fueron señaladas por las autoridades rusas como los «tres terroristas capturados» junto a la escuela y que, luego, desaparecieron de los partes oficiales. Por otra parte, forenses citados por la agencia Interfax, dijeron que entre los cuerpos identificados no se encuentra Magomed Yevloyev, nombrado desde un principio como el cabecilla de los terroristas.

De origen ingush, Yevloyev es uno de los más destacados lugartenientes de la guerrilla chechena y mano derecha de Shamil Basáyev, considerado por Rusia «terrorista y enemigo público número uno». Además, Fridinski apuntó que el comando estaba integrado por «chechenes, ingushes, kazakos, eslavos y árabes», lo que convierte al grupo en una «Internacional Terrorista», que pretendía desatar un conflicto étnico en la región.