El cineasta Michael Moore, en la manifestación.

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En medio de un impresionante despliegue policial, los manifestantes avanzaron por un tramo de la Séptima Avenida y pasaron frente al Madison Square Garden, donde a partir de hoy se celebra la Convención Nacional Republicana.

Las protestas sonoras crecieron de intensidad a medida que la marcha se aproximaba al Madison Square Garden, totalmente fortificado con barricadas y policías.

La marcha estuvo organizada por la coalición «United for Peace and Justice», que agrupa a más de trescientos grupos de diversa condición y que reunó cerca de un cuarto de millón de personas con un mensaje único contra la guerra y contra el gobierno republicano.

«Este es un momento histórico en la vida de este país», proclamó Leslie Cagan, coordinadora nacional de UFPJ, antes de iniciarse la marcha, que después de tres horas finalizó en Union Square sin incidentes.

Abría la marcha una gran pancarta en la que se leía «Decimos NO a la política de Bush», que sostenían líderes de organizaciones cívicas y religiosas, entre ellas el reverendo Jesse Jackson, y figuras populares como el cineasta Michael Moore y el actor Danny Glover.

Moore reclamó el fin de la presencia estadounidense en Irak y el regreso inmediato de las tropas, y afirmó que «debemos una gran disculpa al pueblo de Irak por crear la gran destrucción que hemos causado allí».

Numerosos manifestantes portaban pancartas y carteles que criticaban la guerra y aspectos sociales y económicos de la política del actual gobierno, entre cánticos y gritos a coro de «No más Bush».

La Convención Republicana que comienza hoy quiere ofrecer un frente unido detrás de Bush y para ello tendrá que minimizar las fuertes diferencias que siguen separando a su sector moderado del ultraconservador.

La fiesta electoral republicana reúne a 2.509 delegados y 2.344 suplentes en lo que quiere ser una auténtica demostración de apoyo a Bush aunque las aguas del río republicano bajan revueltas.