Cientos de fieles esperan en el mausoleo de Nayaf la llegada de Sistani.

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FRANCE PRESS-BAGDAD
Un portavoz de Al Sadr afirmó que los milicianos del Ejército del Mehdi habían decidido suspender todas las operaciones militares en el sur de Irak y otras provincias en honor al regreso al país de Sistani. Sistani llegó por la mañana a Basora procedente de Londres, y hoy se desplazará a Nayaf, según declaró uno de sus portavoces en la capital británica y añadió que el gran ayatolá pidió a sus fieles que le sigan en este viaje.

Sistani, de 73 años, instó a «todos los iraquíes» a que acudan a la ciudad santa para salvarla, declaró el director del gabinete del líder chií, Hamad Al-Jaffaf. «Llamamos a todos los iraquíes de Bagdad, Hilla, Kerbala, Basora, Diwaniya, Amara, Kut, Kirkuk, Mosul, Baaquba, de toda Irak, para que se preparan a marchar hacia Nayaf. Cuando lleguemos a las puertas de Nayaf se anunciará una iniciativa» al respecto, añadió Jaffaf. Al Sadr, en paradero desconocido desde el pasado 15 de agosto, efectuó otro similar a sus seguidores. «Este es un llamamiento separado al que ha hecho Sistani», dijo un portavoz de Al Sadr, que mantiene tensas relaciones con el Ayatolá Sistani.

El llamamiento de Sistani fue recibido por la comunidad chií como si se tratara de una orden. Al poco rato de producirse el llamamiento los clérigos de mezquitas y las autoridades religiosas de Bagdad y de las mayores ciudades del sur del país iniciaron los preparativos para movilizar a los fieles.

El gran ayatolá se encontraba en Londres desde el pasado 6 de agosto para someterse a una intervención por una insuficiencia cardíaca. Su salida precipitada de Nayaf coincidió con el inicio de los violentos enfrentamientos en esta ciudad santa entre los milicianos de Al Sadr y las fuerzas iraquíes apoyadas por el Ejército estadounidense.

Dos ministros iraquíes se trasladaron a Basora para hablar de la crisis de Nayaf con el gran ayatolá Alí Sistani.

Ayer un cazabombardero estadounidense disparó tres misiles a pocos metros al oeste del mausoleo del imam Alí, en Nayaf, haciendo temblar el edificio. Asimismo, todas las entradas al mausoleo del imán Alí en Nayaf se encontraban sometidas al fuego de los francotiradores estadounidenses, por lo que nadie podía entrar o salir del recinto.