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EFE-BOSTON
John Kerry afrontó ayer el día más importante de su carrera política, ya que aceptó formalmente la candidatura del Partido Demócrata a la presidencia en un discurso en el que debía e presentarse como una alternativa real a George W. Bush.

Kerry cerró la cuarta y última jornada de la Convención Nacional Demócrata, una auténtica fiesta política en la que los más de 4.000 delegados aclamaron de forma cada vez más ruidosa las loas a su candidato y las críticas al actual presidente.

John Kerry, de Boston y senador por el estado de Massachusetts, llegó ayer a su ciudad para asumir la candidatura, que fue votada en la madrugada de ayer por las delegaciones de cada uno de los estados del país.

A pesar de ser un acto puramente ceremonial, fue también un símbolo de la unidad del partido en torno a su candidato.

Kerry logró 4.254 votos, mientras que 43 delegados decidieron mantener su voto por otros aspirantes, lo que le confirmó formalmente como el rival del republicano George W. Bush en las elecciones del 2 de noviembre próximo.

La votación se realizó como manda la tradición, con un representante de cada uno de los estados detallando los votos de los delegados.

El candidato demócrata tuvo en su discurso de ayer una ocasión fundamental para tratar de dar a conocer tanto su persona como su programa, a los votantes independientes de EE UU y a los que aún están indecisos.

John Kerry no es un gran orador -es más bien frío cuando habla en público y a veces incluye demasiados argumentos que confunden al oyente-, por lo que debe superarse a sí mismo e hilar el discurso de su vida para tratar de conectar con el público.