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Cuatro años después de los enfrentamientos que estuvieron a punto de acabar con la calma tensa posterior a la guerra de Kosovo, las comunidades albanesa y serbia de Kosovska Mitrovica han vuelto a verse las caras. Como suele ocurrir, bastó un incidente aislado para que la convivencia saltara en pedazos.

También se han registrado incidentes violentos entre las dos comunidades en Caglavica, localidad situada cerca de Pristina, donde los serbios bloquean desde el martes la carretera principal que lleva a la capital y a Macedonia en protesta por un incidente ocurrido el pasado lunes en el que un serbio de 19 años resultó herido de bala.

Al menos diez personas -ocho albaneses y dos serbios- murieron en los enfrentamientos que estallaron ayer entre las dos comunidades de esta localidad y 250 resultaron heridas. La causa de los incidentes es al parecer la muerte por ahogamiento de un niño albanés y la desaparición de otros dos que fueron atacados por los perros de unos serbios y que se vieron obligados a lanzarse al río Ibar, que divide la ciudad y marca el límite entre sus dos comunidades. Un cuarto niño también resultó gravemente herido.

Ante la gravedad de la ola de violencia, un portavoz de la misión de la ONU (Minuk) informó de que las autoridades han decretado el toque de queda en Kosovska Mitrovica, donde 11 soldados franceses de la Fuerza multinacional de Paz (Kfor) resultaron heridos, tres de ellos de gravedad.

«Un toque de queda estará en vigor en Kosovska Mitrovica a partir de las 19:00 (hora local y española) y cualquier persona que se encuentre en las calles de la ciudad después de esa hora será detenida», declaró este portavoz, Derek Chappell.