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La sesión del Consejo de Seguridad para votar el proyecto de resolución sobre Irak pospuso anoche por unas horas mientras las delegaciones negocian ligeras modificaciones que podrían evitar una fuerte abstención.

Sin embargo, permitirían evitar que se abstenga un elevado número de países, lo que restaría fuerza al mensaje que se quiere enviar a la región y socavaría la credibilidad del Consejo.

El Consejo tenía previsto reunirse inicialmente a las 15.00 horas (las nueve de la noche en Balears), pero la reunión fue retrasada dos horas con la justificación de que la sesión de la mañana, dedicada a Timor Este, se prolongó más de lo previsto.

Cuando se acercaba la hora de las consultas, la Secretaría de la ONU anunció un segundo aplazamiento, por dos horas más, que, según fuentes diplomáticas, se debe a que Estados Unidos ha aceptado ligeros cambios de última hora en el texto.

Los cambios al parecer no afectan lo sustancial del texto y, por ejemplo, no modifica el papel de la ONU en el sentido que habían pedido algunos países y el secretario general de la ONU, Kofi Annan.

El texto parece tener garantizada la mayoría mínima necesaria para su adopción, que es de nueve votos si ningún miembro permanente (EEUU, Rusia, China, Francia y Reino Unido) vota en contra. Ningún país ha amenazado con vetarla, pero en medio diplomáticos se temía ayer la abstención de seis países.