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OTR/PRESS-BERLÍN
El canciller alemán, Gerhard Schröder, anunció ayer ante la Cámara Baja (Bundestag) un programa de inversión pública de 15.000 millones de euros, y una reforma sociolaboral que prevé revisar el despido y los salarios de desempleo, así como la gestión de las administraciones dependientes de la Seguridad Social, con el fin de reducir el déficit alemán y el número de parados que el pasado mes de febrero se disparó a cifras récord.

Schröder pidió también a sindicatos y patronal llevar a cabo acuerdos salariales con el fin de adaptar mejor las subidas salariales a las necesidades particulares. «Espero que los interlocutores sociales alcancen acuerdos empresariales, a una escala mucho mayor que hoy en día». «Si no alcanzan acuerdos, el legislador deberá intervenir», subrayó. Explicó que no tenía la intención de eliminar «los acuerdos sectoriales», que regulan las relaciones laborales en Alemania y «que no impiden a algunas empresas, como Volkswagen, negociar sus propios convenios colectivos».

Schröder anunció que los subsidios de desempleo que cobran los parados de larga duranción se sustituirán por ayudas sociales, que representan una cifra menos elevada, y sancionará a aquellos que renuncien a un empleo. «Esta medida afectará a los parados menores de 55 años y que estén en paro más de doce meses y aquellos de 55 o más que se encuentren en situación de desempleo durante más de año y medio», siendo actualmente este periodo de 32 meses, precisó el jefe del Gobierno. «Hay medidas que se van a tomar que no agradarán a muchos, a mí tampoco», reconoció el canciller socialdemócrata ante los diputados del Bundestag. Pero «vamos a favorecer las opciones de aquellos que pueden y quieren trabajar», afirmó.

Además, el canciller se mostró partidario de suavizar una lectura demasiado «rígida» de los criterios sociales en el marco del despido que «deben ser discutidos directamente entre los representantes de los trabajadores y del patrón antes que tener en cuenta criterios sociales en la empresa». El plan de inversión pública anunciado por Schröder prevé destinar 15.000 millones de euros a inversiones municipales y especialmente al sector de la construcción. Así, el reparto proporcionará 8.000 millones de euros a vivienda y 7.000 millones de euros a los municipios.

Mostró su intención de «reforzar las finanzas y la capacidad de inversión de los municipios». «Las inversiones destinadas a los ayuntamientos permitirán financiar proyectos a largo plazo en el sector del tratamiento de aguas residuales y residuos sólidos, así como las infraestructuras públicas y sociales», explicó Schröder. A través de este programa, constituido esencialmente por créditos blandos, el Gobierno alemán prevé «crear empleos en el sector de la construcción y de la artesanía».