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ANTONIO LAFUENTE-NUEVA YORK
Los jefes de las inspecciones de la ONU en Irak, Hans Blix y Mohamed El Baradei, dieron ayer una de cal y otra de arena en su informe sobre el desarme de la nación árabe al hablar de puntos positivos y negativos en la cooperación de Bagdad. Ambos hicieron ante el Consejo de Seguridad una exposición de lo que ha sido el trabajo de sus hombres desde que llegaron a Irak hace dos meses.

Blix, presidente de la Comisión de las Naciones Unidas para la Inspección, la Vigilancia y la Verificación del desarme iraquí (UNMOVIC), destacó que la cooperación de Irak ha sido «bastante buena» en lo que se refiere a dar acceso a los lugares que los inspectores deseaban revisar. No obstante, destacó que Bagdad se ha negado a permitir que aviones espías, puestos a disposición de los inspectores, sobrevuelen Irak.

También destacó que existen aún dudas acerca del desarme iraquí porque en la declaración de doce mil folios que presentó en noviembre hay aún elementos que no han sido respondidos, cifras que no cuadran y productos químicos y biológicos de los que no se han dado datos exactos. En ese sentido, recordó la antigua información acerca de que aún quedan 6.500 bombas químicas y elementos para la fabricación de cinco mil litros de carbunco concentrado que Irak poseía antes de 1991 y que aún no han sido registrados.

El aspecto más novedoso fue el reciente descubrimiento de un número de cabezas capaces de almacenar armas químicas, descubiertos en un búnker, dentro de un almacén a 170 kilómetros al suroeste de Bagdad. Blix dijo que se trataba de unas instalaciones relativamente nuevas y que, por tanto, los misiles debieron ser trasladados allí hace unos años «en una época en la que Irak no debía de tener tales municiones».

Daba así a entender que puede que Irak no sea tan transparente como afirma, aunque reconoció que Bagdad ha afirmado que puede que las cabezas encontradas fueran una parte que faltaba de un grupo de 2.000 que fueron almacenadas durante la guerra del Golfo. «Ese puede ser el caso, pero puede ser también la punta de un iceberg», declaró Blix, quien comentó que ese hallazgo «no resuelve sino que más bien revela que varios miles de misiles químicos están sin registrar».

No obstante, el jefe de UNMOVIC afirmó también que la presunción no basta y hacen falta pruebas, lo que aplicó a todo el mundo desde UNMOVIC, hasta Irak y los países que dicen tener pruebas de la existencia de armas de destrucción masiva en la nación árabe. «Irak suele decir que no hay artículos prohibidos y que si no se presentan pruebas en contra deben de tener el beneficio de la duda, se debe presumir su inocencia», explicó Blix.