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EFE-FRÀNCFORT/NUEVA YORK
Los principales mercados europeos vivieron ayer una jornada nefasta, marcada por el nerviosismo ante la presentación del informe de los inspectores de la ONU sobre Irak y el miedo a una guerra en ese país. La negociación fue muy volátil y poco después de la apertura de Wall Street, que bajó sólo moderadamente en los primeros minutos de cotización, algunos mercados lograron incluso salir de los números rojos.

Sin embargo, todas las plazas acabaron finalmente con unas pérdidas que oscilaban entre el casi 4 por ciento del Ibex 35 de Madrid y el 1,61 por ciento del MIB 30 de Milán. La declaración de Hans Blix, jefe de los inspectores de la ONU, dando una de cal y otra de arena, aplaza algo el peligro de guerra pero no lo elimina en absoluto, por lo que los expertos creen que la sensación de inseguridad y el nerviosismo se mantendrá de momento en los mercados.

Paralelamente, el precio del petróleo siguió ascendiendo vertiginosamente con sus negativas consecuencias para la evolución económica. El barril de crudo de la OPEP llegó ayer a alcanzar los 30,78 dólares, lo que empeoró aún más la situación en los mercados de valores. Todos los ojos están ahora puestos en el discurso sobre el estado de la unión que hoy pronunciará el presidente de EEUU, George Bush, y que será decisivo para anticipar la evolución de los acontecimientos en Irak.

Irak arrastró con fuerza a la baja las bolsas de Wall Street ayer, y el promedio Dow Jones cerró por debajo de los 8.000 puntos por primera vez en tres meses. El índice Dow Jones de Industriales, el más significativo de Wall Street, cayó 141,45 puntos (un 1,74 por ciento) y alcanzó 7.989,56 puntos, tras bajar el viernes último 238,46 puntos. El precio del oro se disparó ayer y ayer la onza de oro superó los 370 dólares. En la anterior guerra del Golfo, el oro llegó a superar los 400 dólares.

Mientras, la cotización del euro superó ayer un nuevo umbral psicológico en el mercado de Londres y se situó por encima de los 1,09 dólares, un nivel desconocido para la divisa comunitaria desde marzo de 1999. La moneda europea se intercambiaba a 1,0839 dólares a las 17.00 hora española, frente a los 1,0865 dólares de cuatro horas antes, y llegó a cotizarse a 1,0905 dólares a las 12.00 hora española, su máximo nivel desde hace casi cuatro años.