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El XXXIII Foro Económico Mundial de Davos y el III Foro Parlamentario Mundial abrieron ayer sus puertas con la preocupación por la lenta recuperación mundial y por la posibilidad de que una guerra contra Irak empeore la situación. Mientras algunos economistas reconocen el riesgo de una recesión mundial en caso de guerra, otros se muestran optimistas y creen que los mercados financieros se recuperarán este año.

El Foro Económico Mundial de Davos está este año más cerca de la reunión paralela que se celebra en la ciudad brasileña de Porto Alegre. En una edición cuyo lema es «Construir la confianza», varias organizaciones no gubernamentales (ONG) pidieron en Davos a políticos y a empresarios que asuman su responsabilidad por los efectos negativos de la globalización y se esfuercen por recuperar la confianza perdida de los ciudadanos.

Estos problemas serán tratados en algunas sesiones oficiales de esta 33 edición del Foro de Davos dedicadas al acceso a medicamentos para los más pobres, la escasez de agua, la ética política o los efectos del clima en la salud, lo que demuestra que abre sus puertas no sólo a los ricos, declararon representantes de ONG.

Por otra parte, el Foro Social Mundial comenzó ayer como una abigarrada tribuna contra la globalización y la guerra, y a la espera de los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, y Hugo Chávez, de Venezuela. La participación de Lula está prevista para hoy. El gobernante socialista viajará poco después a Davos (Suiza) a participar en el Foro Económico Mundial, donde se concentra la crema y nata del capitalismo mundial.

«La diferencia entre Davos y Porto Alegre está en que el foro de Davos puede estar discutiendo como acumular más riqueza, mientras el foro social discute como distribuir más la riqueza que hay», dijo ayer Lula en Brasilia. «Después de Porto Alegre me voy a Davos para demostrar que otro mundo es posible. Davos precisa oír a Porto Alegre», agregó Lula.