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EFE-SEÚL/VIENA Según un despacho de la Agencia Yonhap que cita como fuente al Comando de Naciones Unidas que vigila el alto el fuego entre ambos países desde aquella guerra, soldados norcoreanos han colocado en seis ocasiones desde el 13 de diciembre ametralladoras automáticas en ciertos puntos de la línea divisoria. Ese tipo de armas está prohibido por el acuerdo del Armisticio, que sólo admite rifles y armas cortas. «Las armas fueron retiradas en apariencia al caer la tarde cada uno de esos días», indicó Yonhap. Esos hechos se producen mientras Corea del Norte anuncia la reapertura de sus plantas nucleares, poniendo fin al acuerdo de 1994 con EE UU, país que temía que el régimen norcoreano utilizara la energía atómica para fines militares. Corea del Norte ha violado «de forma rutinaria» las condiciones del armisticio, según el despacho de prensa surcoreano, que agrega que las autoridades no han observado «ningún otro movimiento anormal» en la zona desmilitarizada.

Mientras, los inspectores internacionales de la central nuclear norcoreana de Yongbyon abandonarán el país el próximo martes, anunció ayer un comunicado del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Según este organismo, la partida de los inspectores responde «a la petición de las autoridades norcoreanas de que abandonen el país de forma inmediata» y a la ausencia de respuesta a la carta del director general del OIEA, Mohamed El Baradei, en las que instaba a las autoridades norcoreanas a permitir la permanencia de estos.

El Gobierno de Corea del Norte alega que necesita producir electricidad para subsistir este invierno, ya que Estados Unidos le suspendió a principios de diciembre el suministro de petróleo. Observadores internacionales estiman que el régimen comunista de Corea del Norte trata de que Estados Unidos regrese a la mesa de negociación para conseguir una mejora del tratado de 1994. Entonces Washington aceptó proveer a Pyongyang con medio millón de toneladas de petróleo y fondos para construir dos reactores nucleares de agua ligera para cubrir sus necesidades energéticas, a cambio de cancelar su programa de desarrollo de armas atómicas.

Corea del Sur puso ayer en marcha todos los canales diplomáticos para lograr la cooperación internacional contra la escalada nuclear en la península de Corea. Ante la gravedad de la situación, el Gobierno surcoreano anunció que enviará cuanto antes a altos cargos a China y Rusia con el fin de persuadir de sus intenciones al régimen norcoreano. También la UE expresó su preocupación por los acontecimientos en Corea del Norte. «Una acción de ese tipo agravará aún más la actual situación, ya de por sí muy seria», subrayó ayer la presidencia danesa de la UE en una declaración difundida en nombre de los Quince.