Marines del Ejército británico realizaron ayer maniobras en el Golfo Pérsico.

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FRANCE PRESS-EFE EE UU denunció ayer por primera vez de manera oficial la existencia de «omisiones» en el informe iraquí de armamento presentado a la ONU, pero mantuvo la cautela y pidió no sacar conclusiones precipitadas sobre una eventual respuesta armada. «El presidente (George W. Bush) está preocupado por las omisiones en la declaración», dijo Ari Fleischer, portavoz de la Casa Blanca, tras una reunión del gobernante con los miembros del Consejo de Seguridad Nacional para preparar una respuesta al informe. Fleischer afirmó que en la administración estadounidense «hemos aprendido mucho de la declaración» sobre los arsenales iraquíes, pero aclaró que el examen del documento de armas «no ha terminado».

El portavoz no especificó si la constatación de esas omisiones supone para Washington una «violación flagrante» de la resolución 1441, lo que podría abrir la puerta a una intervención armada. Hoy está previsto que el Consejo escuche en Nueva York las primeras impresiones del jefe del equipo de inspectores, Hans Blix, sobre la declaración del régimen de Sadam Husein, tras lo cual Washington expresará su opinión sobre el contenido de ésta. «Hay que escuchar a la ONU y a los otros países que han tenido acceso al documento (...). El presidente ha dicho que quiere trabajar con la comunidad internacional», dijo Fleischer. El portavoz pidió tiempo y paciencia, pero subrayó que «nadie debe pensar que el presidente se está marcando un farol» con su presión sobre Irak, y advirtió que «ésta es la última oportunidad de Sadam Husein» para evitar «graves consecuencias».

El primer ministro británico, Tony Blair, confirmó ayer ante la Cámara de los Comunes el «escepticismo» de su Gobierno frente al informe armamentístico de Irak, que, no obstante, debe ser estudiado con detalle antes de emitirse el juicio final. Horas antes, anticipándose al análisis de Estados Unidos, el ministro de Exteriores británico, Jack Straw, aseguró que existen «omisiones obvias» en el documento de 12.000 folios que Bagdad elaboró para el Consejo de Seguridad de la ONU. La guerra parece inevitable e inminente. Así, el Reino Unido ha comenzado a enviar armadores para transportar blindados al Golfo para una eventual guerra con Irak, según informó ayer un portavoz del Ministerio británico de Defensa.