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DANIEL FERRARO-CARACAS
El paro de la oposición contra el Gobierno de Hugo Chávez entró ayer en su quinta jornada, mellando la vital empresa petrolera de este país sudamericano. Por su parte, Chávez afirmó ayer que su Gobierno «está ganando la batalla» a la huelga porque cuenta con el apoyo de la «gran mayoría del pueblo venezolano y con la Fuerza Armada».

La protesta ha golpeado a la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), la principal industria de este país quinto exportador mundial de crudo y octavo productor, y único socio latinoamericano de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). El presidente de la firma petrolera, Alí Rodríguez, admitió ayer que se han disminuido los volúmenes de producción y se han vuelto lentos los envíos de productos al extranjero.

«No tenemos aún estimación de pérdidas, pero ha habido que reducir ciertos volúmenes de producción, que ya significa un daño patrimonial», señaló Rodríguez a la estatal 'Venezolana de Televisión'. «Estamos aplicando medidas extraordinarias para drenar los inventarios que están muy altos y mantener la actividad de las distintas plantas», precisó Rodríguez, que denunció un «plan de sabotaje» para detener las actividades de PDVSA.

«Es un plan muy cuidado de sabotaje, han tenido cierto éxito, pero creo que el pueblo venezolano y los trabajadores responsables de PDVSA conscientes del severo daño que se le puede infligir a la industria, actuarán y garantizarán la continuidad de las operaciones», agregó. El funcionario no dio cifras sobre la disminución de la producción ni de cuánto habría dejado de exportar la empresa. «Se ha seguido exportando, pero se podría llegar a una situación grave, estamos haciendo lo imposible para impedirlo, para impedir que este plan de sabotaje se imponga», apuntó el presidente de PDVSA y ex secretario general de la OPEP, de la cual Venezuela es socio.