Más de 40 personas resultaron heridas en el ataque, del que se
responsabilizaron las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa. Entre
los heridos se encuentran tres hijos del diputado y ex ministro de
Asuntos Exteriores con el Likud David Levy, uno de los cuales se
encuentra en estado grave. La autoría del atentado reclamada por
las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, la milicia clandestina del
movimiento Al Fatah, que está presidido por Yaser Arafat, quien
aparentemente es incapaz de controlarlas, dado que siguen
perpetrando atentados contra civiles israelíes a pesar del reciente
compromiso de Al Fatah de terminar definitivamente con este tipo de
acciones.
De esta forma, las Brigadas no sólo intentaron boicotear las
primarias del Likud, sino también reivindicar una fecha: el 55
aniversario del plan de partición del Mandato Británico que fue
aprobado por las Naciones Unidas en 1947 y que luego posibilitó la
creación del Estado de Israel en mayo de 1948. Este atentado puede
haber motivado el descenso en el flujo de votantes a las primarias
del Likud. En rueda de prensa, el primer ministro Ariel Sharón hizo
ayer por la tarde un vehemente llamamiento a los más de 300.000
afiliados del Likud: «Id a votar; no permitáis que el terrorismo os
intimide».
Por otra parte, El Gobierno israelí prometió responder de forma
severa a la nueva ola de atentados sangrientos contra civiles
israelíes, tras el doble atentado en Kenia y en Israel en una sede
del Likud , con motivo de las primarias de este partido (derecha).
«La guerra terrorista que han lanzado contra nosotros no nos deja
otra opción que destruirles antes de que ellos nos destruyan a
nosotros», declaró el portavoz del Gobierno de Raanan Gissin.
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