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El ex secretario de Estado Henry Kissinger fue designado ayer por el presidente estadounidense, George W. Bush, para dirigir la comisión nacional que investigará a fondo los atentados del 11 de septiembre de 2001 y sus causas. Bush firmó en la Casa Blanca la ley redactada por el Congreso estadounidense que, según el presidente, «establecerá programas de espionaje vitales para nuestra seguridad y creará una comisión nacional que investigue los hechos del 11 de septiembre de 2001».

En la mañana de ese día, EEUU sufrió los atentados más graves de su historia cuando dos aviones se estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York, otro contra el Pentágono en Washington y un cuarto en una zona rural del estado de Pensilvania. Más de 3.000 personas murieron a consecuencia de las acciones terroristas que Washington atribuyó a Al Qaeda, la red dirigida por el multimillonario saudí Osama bin Laden.

«Esta comisión me ayudará a mí y a futuros presidentes a entender los métodos de los enemigos de EEUU y la naturaleza de las amenazas que afrontamos», dijo Bush, quien afirmó que el objetivo debe ser «perseguir todos los hechos, conduzcan a donde conduzcan». La comisión, que comenzará a trabajar de inmediato y deberá emitir un informe antes de junio de 2004, se encargará también de «recoger información, detectar amenazas terroristas e investigar la proliferación de armas de destrucción masiva», dijo el presidente.

La nueva comisión creada ayer explorará los supuestos lazos entre ciudadanos de Arabia Saudí y la red terrorista Al Qaeda, lo que podría elevar la presión que ejerce EEUU sobre su otrora gran aliado en el Golfo. «No estaremos limitados por ningún factor de política exterior», dijo Henry Kissinger. EEUU ha puesto en duda el nivel de cooperación de Arabia Saudí en la lucha contra el terrorismo y, especialmente, en el control de fondos dirigidos a organizaciones de caridad árabes que pudieron ser desviados hacia Al Qaeda.