Los embajadores norteamericano y francés en la ONU cerraron las discrepancias.

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EFE/FRANCE PRESS El presidente Bush describió la resolución presentada por Estados Unidos y el Reino Unido como «dura». «El elemento principal es que hay 'serias consecuencias'» si Irak no desmantela sus armas de destrucción masiva, declaró en una conferencia de prensa. «Queremos una votación mañana (hoy)», afirmó, por otro lado, Richard Boucher, portavoz del Departamento de Estado.

Para ello Bush conversó ayer por teléfono con los líderes de Rusia, Vladimir Putin, y Francia, Jacques Chirac, que tenían reticencias a aprobar una resolución que permitiese a Estados Unidos usar la fuerza contra Irak. Desde Moscú se señaló que ven bien las modificaciones, pero no dieron públicamente su apoyo a la resolución, siendo el único miembro permanente del Consejo de Seguridad que aún no ha dado su apoyo al documento, ahora queda la incógnita sobre la postura de Siria, uno de los diez miembros no permanentes del Consejo.

Por lo que respecta a Francia, París y Washington llegaron ayer a un acuerdo sobre el proyecto de resolución, con vistas a su adopción unánime por el Consejo de Seguridad de la ONU. El acuerdo se alcanzó en la conversación telefónica entre Jacques Chirac y George W. Bush, indicó la portavoz del Elíseo, Catherine Colonna. Francia desea que ese acuerdo permita un voto unánime en el Consejo de Seguridad hoy en Nueva York, agregó la portavoz.

Colonna explicó que el objetivo de la conversación telefónica entre Chirac y Bush era «finalizar» un acuerdo sobre los puntos «que estaban pendientes» entre los dos países, en alusión a ambigüedades sobre un recurso automático a la fuerza, rechazado por París. Lo que Francia buscaba, según precisó su ministro de Exteriores, Dominique de Villepin, eran «clarificaciones» que excluyeran cualquier automatismo en el recurso al uso de la fuerza, en caso del incumplimiento iraquí de sus obligaciones.