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FRANCE PRESS-NUEVA YORK El secretario general de la ONU, Kofi Annan, dedicó su discurso de inauguración de la Asamblea General de Naciones Unidas a la cuestión iraquí, refiriéndose en numerosas ocasiones a Estados Unidos de forma indirecta para recordar al presidente George Bush, presente en la sala, que cualquier intervención internacional requiere la autorización del Consejo de Seguridad y que «hasta los más poderosos» necesitan colaborar con otros países. En su discurso ante la Asamblea, Annan explicó que los atentados del 11 de septiembre, de los que anteayer se cumplieron un año, supusieron un ejemplo «extremo» de que ciertas amenazas necesitan una respuesta «de carácter amplio, sostenido y mundial», como ocurre también con cuestiones como la lucha contra la pobreza, el calentamiento de la tierra, la apertura de los mercados, o el sida. Tales respuestas, añadió, sólo estarán coronadas por el éxito si se recurre plenamente «a las instituciones multilaterales.

«Lo mismo cabe decir con mayor razón aún de la prevención del terrorismo», apuntó Annan, dirigiéndose expresamente a Estados Unidos al añadir que «todo Gobierno que esté empeñado en el imperio de la ley en su propio país debe también estar empeñado en el imperio de la ley fuera de su propio país». «Prácticamente no hay una sola cuestión en la que alguien pueda afirmar seriamente que cualquier nación puede valerse por sí misma "advirtió". Incluso los países más poderosos saben que necesitan trabajar con los demás, en instituciones multilaterales, para lograr sus objetivos».

El diplomático ghanés indicó que esta cooperación multilateral es la que permite la construcción de relaciones de confianza, por lo que la propia colaboración «se hace más eficaz». «Cuanto más utilice un país las instituciones multilaterales, y, con ello, respete valores comunes y acepte las obligaciones y los límites inherentes a tales valores, mayores serán el respeto y la confianza que inspire en otros países y mayores serán sus posibilidades de ejercer un verdadero liderazgo», insistió. Annan destacó que entre tales organismos internacionales destaca la ONU, y que ésta ya demostró su eficacia en 1990, después de la invasión iraquí de Kuwait, cuando se demostró que la comunidad internacional estaba «dispuesta a tomar medidas bajo la autoridad del Consejo de Seguridad que de lo contrario no estaría dispuesta a tomar».

En este sentido, Annan advirtió también a Irak de que si insiste en ignorar las resoluciones de la ONU, en especial lo relativo a las inspecciones de desarme, el Consejo de Seguridad «deberá hacer frente a sus obligaciones». Recordó además, también dirigiéndose al régimen de Bagdad, que el cumplimiento de las resoluciones es un paso, «con el tiempo, hacia el levantamiento de las sanciones que tantas penurias causan al pueblo iraquí». «Insto una vez más a Irak a que cumpla sus obligaciones, para bien de su propio pueblo y para bien del orden mundial», apuntó.