TW
0

La comunidad internacional, el mundo de las finanzas y representantes religiosos se sumaron ayer al homenaje a las víctimas de los atentados del 11 de septiembre y condenaron el terrorismo. Millones de personas en el mundo siguieron por televisión los solemnes y emotivos actos en Nueva York y Washington en memoria de las víctimas de la tragedia, en la que murieron cerca de 3.000 personas, que dejó en cenizas las Torres Gemelas del World Trade Centre, e hizo que el Pentágono se tambaleara. Los mensajes, los actos y gestos de solidaridad con el pueblo estadounidense llegaron desde los más fuertes aliados de EE UU, de Rusia, China e incluso de algunos países árabes.

El 11 de septiembre «puso a prueba nuestra fe», pero también «nos arrojó en nuestras creencias particulares cuando luchábamos por dar sentido a lo que había ocurrido», afirmó el secretario general de la ONU, Kofi Annan, quien destacó que los atentados fueron la mayor afrenta al espíritu y objetivos de la Organización de Naciones Unidas.

También en un acto en la sede de la OTAN, el secretario general de la misma, George Robertson, declaró que «debemos estar preparados para afrontar la amenaza de las armas de destrucción masiva, que dan a los terroristas y regímenes deshonestos la capacidad para sembrar incluso mayor horror entre nuestras gentes».

En Londres, el primer ministro británico, Tony Blair, los miembros de su Gobierno, así como el príncipe Carlos de Gales, asistieron a una ceremonia religiosa en la catedral de San Pablo en memoria de las víctimas de los atentados suicidas.

El presidente francés, Jacques Chirac, reafirmó la «solidaridad» de su país con EE UU y su voluntad de combatir el «terrorismo internacional», «la barbarie y las fuerzas del odio» que motivaron a los responsables de una tragedia de tal magnitud.

Su colega ruso, Vladimir Putin, reafirmó «el apoyo del pueblo ruso al pueblo de América». «En Rusia decimos que el tiempo lo cura todo, pero hay cosas que no podemos ni debemos olvidar... Hoy junto con vosotros recordamos a quienes perecieron hace un año en Nueva York y Washington», dijo.