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Estados Unidos desconoce exactamente qué ocurrió el pasado lunes en la aldea afgana de Dej Rawud y ni siquiera tiene la certeza de que haya habido víctimas civiles por un ataque militar norteamericano, aseguró ayer el secretario de Defensa del Pentágono, Donald Rumsfeld.

El secretario de Defensa también ha confirmado que se ha enviado una misión de investigación a la zona del incidente. Según informes de fuentes afganas, el lunes mientras se celebraba una boda en la aldea de Dej Rawud (sur de Afganistán), aviones de guerra de Estados Unidos lanzaron bombas o dispararon sus cañones y ametralladoras, en un incidente que dejó decenas de muertos y heridos.

El jefe adjunto del Estado Mayor Conjunto, general Peter Pace, dijo que «siempre es una tragedia la pérdida de vidas inocentes, pero no tenemos la información precisa sobre lo que ocurrió». «Unos 300 ó 400 efectivos afganos y estadounidenses llevaban a cabo una operación en la zona, y pidieron apoyo aéreo», explicó Pace.

Añadió que «aviones B-52 lanzaron siete bombas guiadas, y los observadores en tierra vieron que seis de ellas estallaron sobre los objetivos propuestos, y otra, que se desvió, cayó a unos 700 metros en un área donde no había civiles».

Según el relato de Pace, los aviones estadounidenses fueron entonces objeto de disparos hostiles desde tierra, y por ello los aviones artillados AC-130, que acompañan habitualmente las operaciones de fuerzas especiales, dispararon sus cañones y ametralladoras pesadas.