La abstención marcó esta jornada electoral, que registró un récord
histórico pese a los numerosos llamamientos de los partidos
políticos a la participación, sobre todo por parte de la izquierda,
temerosa de un triunfo apoteósico de la derecha. La abstención
habría alcanzado un nuevo récord de casi un 39 por ciento, frente
al 35'59 por ciento de la primera ronda del pasado día 9.
La derecha contará con entre 390 y 405 escaños de los 577 de los
que está formada la Asamblea Nacional, un triunfo inferior al
logrado en las legislativas de 1993, cuando consiguieron 483
escaños. Sin embargo, el partido de Chirac, la Unión por la Mayoría
Presidencial (UMP), creado para evitar la dispersión de votos,
conseguiría por sí solo la mayoría absoluta con entre 364 y 384
escaños.
La mayoría absoluta se logra con 289 diputados en el Parlamento.
La cámara saliente, elegida en 1997, contaba con 319 diputados de
izquierda y 258 de derecha. El segundo componente de la derecha
moderada, la Unión por la Defensa de la Democracia (UDF), lograría
entre 21 y 26 diputados.
La izquierda ya se había resignado a la derrota, desmoralizada
tras la eliminación del 21 de abril en la primera vuelta de las
presidenciales de su líder, el ex primer ministro socialista Lionel
Jospin, y tras los nefastos resultados obtenidos en la primera
vuelta de las legislativas. Ayer se confirmaron los pésimos
pronósticos. El Partido Socialista (PS) y sus aliados, que se
habían propuesto conseguir 200 diputados, tendrán que conformarse
en el mejor de los casos con 165 escaños y en el peor con 153.
«Esperábamos un arranque, pero la vida política es cruel», comentó
el ex primer ministro socialista Laurent Fabius.
El Partido Comunista, con entre 20 y 26 escaños, confirma su
progresiva caía y mantiene a duras penas su representación
parlamentaria. El otro aliado de los socialistas, Los Verdes,
comparte su derrota con entre uno y tres diputados.
Por su parte, el Frente Nacional del ultraderechista Jean Marie
Le Pen, que se presentaba en 37 circunscripciones en esta segunda
vuelta, no conseguiría ningún escaño. Hace dos meses la extrema
derecha lograba un inesperado 17% en la primera vuelta de las
presidenciales.
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