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Israel comenzó ayer la construcción de una «valla de protección» de 130 kilómetros, con sensores electrónicos, que le separe de los territorios palestinos de Cisjordania para evitar «la filtración de terroristas en comunidades israelíes». El Ministro de Defensa israelí, Benjamín Ben Eliezer, asiste ayer en Meguido, al norte de Jenín, a la inauguración oficial de la valla, que estará lista en un año.

Fuentes de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) dijeron que el muro electrónico reforzará físicamente la incomunicación de Cisjordania y Gaza con lo que la creación del Estado palestino resultará inviable. «La verja de seguridad es parte de los esfuerzos israelíes para comenzar un nuevo Apartheid, peor que el que hubo en Sudáfrica», dijo el ministro de Arafat, Saeb Erekat.

Las excavadoras empezaron los trabajos de cerco a Cisjordania después de que se emitieran el pasado jueves los requerimientos de expropiaciones de tierras.

El coste de cada kilómetro de valla electrónica se estima en un millón de dólares, en un momento de grave crisis económica en Israel que ha forzado al Estado a recortar el presupuesto en unos 500 millones de dólares, que arañan las ayudas económicas que hasta ahora recibían los inmigrantes, los árabes-israelíes y los ultra-ortodoxos que no sirven en el Ejército.

El proyecto de separación de territorios consta de 130 kilómetros de trincheras y vallas con sofisticados sistemas electrónicos que aislarán las ciudades cisjordanas de Jenín, Tulkarem y Kalkilia de las comunidades israelíes y continuarán hasta el pueblo de Kfar Kasem, a unos 50 kilómetros al norte de Jerusalén.

También está previsto levantar otro cerco similar en el área de Jerusalén, cuyo diseño no ha sido precisado.