El palestino suicida hizo estallar la carga explosiva cerca de un bebé de dieciocho meses.

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EFE-RAMALA Dos israelíes murieron y una treintena de personas resultaron heridas ayer en un nuevo atentado suicida palestino en Israel, cuyo Ejército volvió a ocupar las ciudades cisjordanas de Ramala, Tulkarem, Kalkilia y Belén en medio de un estado de alerta máxima. Los muertos del atentado, que se registró en la ciudad de Petaj Tikva, son un bebé de 18 meses y una mujer de edad avanzada, además del propio suicida. Las «Brigadas de los Mártires de Al-Aksa», facción armada de Al-Fatah, asumió la autoría del atentado, e identificó al terrorista como Muhamad Abu Shned, del campo de refugiados de Balata, en el distrito cisjordana de Naplusa. Fuentes de la Estrella Roja de David (equivalente a la Cruz Roja) dijeron que al menos seis de los heridos, la mayoría niños, están en estado grave y otros siete con heridas de mediana consideración.

La explosión se registró en las inmediaciones del centro comercial «Em Hamoshavot», al que el suicida llegó en un coche de marca Subaro de color amarillo o en una motocicleta, según las dos pistas que investiga la Policía. El jefe de distrito, Ilan Franco, señaló que aunque sus agentes «estaban en estado de máxima alerta desde esta mañana, no se tenía ninguna información concreta sobre un ataque de este tipo en Petaj Tikva». Por su parte, el alcalde de la ciudad, Itzhak Ohaión, explicó que el atacante trató primero de entrar a un supermercado del centro comercial, y el vigilante se lo impidió. Poco después, estalló junto a una cafetería-heladería a unas decenas de metros, en la que había numerosos niños.

Ayer el Ejército israelí ocupaba distintos barrios de las ciudades cisjordanas de Tulkarem y Ramala, todas ellas bajo toque de queda, así como el distrito de Belén en su totalidad. El Ejército se retiró ayer por la tarde de Kalkilia después de permanecer 24 horas en ella, donde arrestó a cinco palestinos. En Belén el Ejército ha impuesto el estado de sitio en toda la ciudad. En una secuencia harto repetida desde hace tres semanas, cuando finalizó la llamada «Operación Muro de Defensa», la tropas israelíes han impuesto el estado de sitio a la población palestina mientras los soldados efectúan una redada casa por casa para arrestar sospechosos, que se cuentan por decenas. Las tropas israelíes, que comenzaron la invasión el sábado, sólo completaron ayer la toma de la ciudad, después de haber rodeado los lugares sagrados -entre ellos nuevamente la Basílica de la Natividad- para impedir una situación similar a la que se dio durante la última gran ofensiva militar de abril.