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FRANCE PRESS-HARARE En Zimbabue las cosas han sucedido ni más ni menos que como se esperaban. Se temía que hubiera irregularidades, y las hubo. Se vaticinaba la victoria del presidente Robert Mugabe, y se confirmó. El 'padre de la Patria' logró, oficialmente, un 56'2 por ciento de los votos en las elecciones presidenciales, más de 14 puntos por encima de su rival, el líder del Movimiento por el Cambio Democrático (MDC) Morgan Tsvangirai.

El viejo revolucionario de 78 años gobierna el país desde la independencia de la antigua provincia británica de Rhodesia, en 1980. El principal impugnador de la victoria electoral de Mugabe es Morgan Tsvangirai. El MDC acusa al Gobierno de haber impedido el buen desarrollo de las votaciones. «El pueblo de Zimbabue sabe que los resultados de estas elecciones (...) no reflejan la voluntad de la población», apuntó.

La victoria de Mugabe ha generado disparidad de opiniones en la comunidad internacional. Por una parte, los países occidentales (EE UU, Reino Unido y Francia) denunciaron las intimidaciones y actos de violencia que se registraron antes y durante las votaciones y estudian sanciones al régimen. Por la otra, Sudáfrica y otros países vecinos de Zimbabue, aparte de la propia Organización para la Unidad Africana (OUA) aplaudieron el triunfo de Mugabe y no dudaron de la limpieza de los comicios.