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AGENCIAS-ISLAMABAD La situación se vuelve cada vez más tensa en Pakistán, donde los extremistas islámicos se han movilizado en contra de las decisiones de su propio Gobierno, sucediéndose cientos de manifestaciones, algunas de ellas con tintes muy radicales, al ser ayer el día sagrado de los musulmanes. Las mezquitas se unieron con sus sermones a las protestas en contra de la cooperación con EE UU en eventuales represalias contra Afganistán. Dentro de esta ola de tensión, al menos cuatro personas murieron ayer en las protestas convocadas por radicales islámicos en diversas ciudades de Pakistán.

Las protestas, celebradas en un día festivo para los musulmanes, coincidieron con la convocatoria de una huelga general en el país por parte del denominado Comité para la Defensa de Pakistán y Afganistán. Y es que la opinión de los paquistaníes está absolutamente dividida. El Jamia Ulema e Islam, partido político religioso con numerosos seguidores, también convocó una huelga general, por lo que desde la una de la tarde, hora local, los comercios han permanecido cerrados, al menos los pertenecientes a seguidores de dicho partido. Muchas cosas han cambiado en este país y, como ha señalado el propio presidente, el general Pervez Musharraf, Pakistán atraviesa la peor crisis que le ha tocado vivir desde la última guerra con India.

Además, las tensiones amenazan con dispararse debido a la huida de la población afgana, que el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ya considera un «verdadero éxodo». Según los mismos datos, un millón de personas se desplaza en el interior de Afganistán buscando refugio, mientras la frontera con Pakistán continúa cerrada. En las últimas horas, además, se ha reforzado con una mayor presencia del Ejército paquistaní.

De Kabul, Jalalabad y Kandahar, las tres principales ciudades de Afganistán, todo el mundo intenta huir. En Kandahar, que se ha quedado vacía, no sólo está el cuartel general de los talibán, sino que fue también la ciudad en la que nació la milicia y su feudo más representativo, y por lo tanto uno de los supuestos objetivos de EE UU. Por otro lado, EE UU levantará las sanciones impuestas a Pakistán tras sus ensayos nucleares en mayo de 1998, y reescalonar 600 millones de dólares (unos 110.000 millones de pesetas, aproximadamente) de deuda paquistaní en el club de París, según informó una fuente occidental.

Estas medidas están siendo tomadas en el marco de la inestabilidad creada en la región por posibles ataques contra Afganistán. El reescalonamiento de la deuda prometida por Washington intervendrá a partir de la semana próxima en el club de París, precisó esta fuente. «Todo lo que se ha pedido a Estados Unidos está en conformidad con el programa de reformas económicas de Pakistán», declaró la misma fuente.