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EFE/ISLAMABAD El presidente de Pakistán, general Pervez Musharraf, dijo ayer que el Islam no es el blanco de Estados Unidos, sino que su lucha está dirigida contra Osama Bin Laden, su organización terrorista «Al Qaida» (La base) y los talibán que le dan refugio. «Entre estos tres objetivos no están ni el Islam, ni Afganistán», dijo Musharraf en un discurso a la nación, en el que intentó calmar los ánimos de los grupos radicales islámicos paquistaníes que se oponen a que Islamabad colabore con EE UU en un ataque al país vecino.

El presidente explicó a la población paquistaní, compuesta por más de 140 millones de habitantes, el 95 por ciento musulmanes, cuál es la ayuda solicitada por EE UU en un eventual ataque militar contra Afganistán si los talibán no entregaban a Bin Laden, principal sospechoso para Washington de los atentados del 11 de septiembre. Musharraf confirmó que Washington le ha pedido acceso al espacio aéreo paquistaní, apoyo logístico y el «intercambio de información», y dejó claro, sin decirlo directamente, que le parecía conveniente cooperar con Estados Unidos. A veces, dijo, hay que optar por «el mal menor», igual que hizo en ocasiones el profeta Mohamed. El líder paquistaní intentó convencer a sus compatriotas que lo «inteligente» sería «sumarse a la comunidad internacional» y no oponerse a ella, para poder así influir en defensa de los intereses de Afganistán y de los talibán, que controlan el 90 por ciento del país vecino.

Para dar una idea de la situación en la que los planes de EE UU habían situado a Pakistán, Musharraf afirmó que el país no pasó por una etapa tan crítica desde 1971, en alusión a la guerra en la que el entonces Pakistán Oriental (actual Bangladesh) consiguió la independencia con la ayuda de la India, su país vecino y rival. El presidente de Pakistán, un país clave para los planes de EE UU por ser una de las tres naciones que reconoce al régimen talibán y compartir con Afganistán más de 2.400 kilómetros de frontera, aseguró que Washington todavía no ha preparado un plan de ataque militar. Por ello, desconocía los detalles sobre el apoyo preciso que EE UU requería. Pakistán es el país idóneo para prestar a Washington la ayuda que necesita, según los observadores.